Alcampell 1 – Reve Altorricón 6 (J11), la crónica

Fuente: Diario del Altoaragón

Alcampell, 1
Reve Altorricón, 6

Alcampell: Sergi, Espedosa (Álex), Iván (Eloy), Nicolás, Gardenñes, Boned, Gerard, Manolillo, Buira y Josua.

Reve Altorricón: Maestro, Rocha, Eufemio, Gascueña, Palau (Bebeto) Alberto, Paco Márquez, Ezquerra (Cortés), Damián (Marc) Ribera (Marko) y David Márquez.

Árbitro: García Oliva; muy mal. Mostró tarjeta amarilla a los locales Álex y Gerard y expulsó con roja directa a Sergi, portero local. Por los visitantes, amarilla para Palau y Alberto.

Goles: 0-1 Minuto 42: Ribera, de penalti. 0-2 Minuto 44: David Márquez. 1-2 Minuto 45: Gerard. 1-3 Minuto 70: Paco Márquez . 1-4 Minuto 80: Alberto. 1-5 Minuto 87: David Márquez y 1-6 Minuto 90: Marko.

Incidencias: Día del club en jornada de máxima rivalidad literana y buena entrada, con afluencia reseñable de seguidores de Altorricón.

El partido se presentaba a priori desigual, respondiendo a la posición de ambos equipos en la tabla; en lo alto el Altorricón, y como colista el Alcampell. Esta situación hacía presagiar que los visitantes iban a ser superiores. No fue muy palpable la diferencia en los primeros 40 minutos, en los que el Alcampell se defendió bien y el Altorricón no cobró ocasiones de gol.

La jugada decisiva, que marcó el desarrollo del partido, fue el penalti de Sergi. No era ocasión manifiesta de gol y probablemente sólo debió ser tarjeta amarilla. La roja fue muy protestada. Carecía el Alcampell de portero suplente porque había sido sancionado la semana pasada en el campo del Universidad, de modo que se puso un jugador de campo bajo palos. A partir de este momento, el Altorricón jugó a placer y cada vez que llegaba a puerta tenía facilidades para aparcar. No obstante, el Alcampell incluso acortó distancias antes del descanso.

Pero la segunda parte fue un recital del Altorricón, que siendo superior y con uno más, y sin portero, fue marcando goles. Acabaron los locales hundidos moralmente y con una derrota dolorosa. Quizá la derrota hubiera llegado igual, pero no de una manera tan contundente.

Juan Aurín