Alcampell 1 – Altorricón 1 (J6 – T03/04)

Fuente: Diario del Altoaragón

Alcampell, 1
Altorricón, 1

Alcampell: Fernando, Barri, Esteve, Santos, Robert, Rodri, Caja, Antonio, Jonathan, Martín y Bañeres (Nacho, minuto 61).

Altorricón: Lluc, Rocha, Pablo (Costa, minuto 60), Paco Márquez, Ribera, Manel, Christian, Ezquerra, Camarasa, Alfonso y David Márquez (Palau, minuto 87).

Árbitro: Otal, regular. Amonestó a los locales Barri, Robert y Martín; y a los visitantes Lluc, Pablo, Ribera y Manel. Expulsó al visitante Christian por doble amonestación en el minuto 84.

Goles: 1-0, minuto 6: Antonio. 1-1, minuto 65: Costa.

Incidencias: 250 personas, terreno de juego muy pesado y buena tarde.

El partido estuvo condicionado por el mal estado del terreno de juego tras las lluvias, por lo que se vio una mala tarde de fútbol. Al campo del Alcampell, con tantas lluvias, le cuesta drenar y está repercutiendo en que lo que antaño fue una auténtica alfombra hoy sea un firme que no contribuye en nada a facilitar el buen fútbol.

El Alcampell y el Altorricón buscaron la iniciativa. Los locales, en la primera parte, se llevaron el gato al agua pronto al rematar Antonio un buen centro de Caja desde la derecha. Todo el primer tiempo se desarrollo sin grandes oportunidades de gol, y los jugadores se retiraron a los vestuarios con el 1-0 imperante en el marcador y con la sensación de que era muy difícil volver a perforar la meta de uno u otro.

Prácticamente, hasta el gol del empate del Altorricón, apenas nada que contar. Hubo jugadas en el centro pero apenas peligro ni acciones de mérito. Los jugadores intentaban con esfuerzo hacer fútbol, pero les resultaba imposible. En el minuto 65, contragolpe del Altorricón, la pelota quedó muerta y Costa sorprendió al portero Fernando. A partir del 1-1, prácticamente no se vio más fútbol, ya que los jugadores bastante tenían con mantenerse en pie y así concluyó el partido. Sí que merece destacar que lo mejor ha sido la fortaleza física de los conjuntos, porque acabar sin lesionados constituye todo un milagro.

Juan Aurín