Tamarite 1 – Altorricón 2 (J26), la crónica de Enrique Ribera
La guinda del pastel
Le pusimos la guinda al pastel de esta temporada y dimos un golpe de gracia casi definitivo a nuestros rivales y vecinos de Tamarite. Nos llevamos el derbi literano con cierta facilidad y dejamos muy tocado a un equipo venido a menos con la moral muy baja e inmerso en una crisis de resultados.
El año pasado el partido de Tamarite se dio al revés. Los que llevaban una racha positiva y una dinámica ganadora eran ellos y nos pasaron por encima en un final de liga que para nosotros fue horrible. Ayer se giraron las tornas y el Altorricón demostró quién manda en la categoría, ganando sin brillantez pero con una solvencia y una autoridad apabullante.
El inicio fue igualado pero no tardaron los visitantes en jugar la pelota en un campo en el que resultaba muy difícil hacerlo. El primer gol altorriconense define perfectamente toda la temporada. Un equipo que juega fácil al fútbol, que se asocia en torno a la pelota en el centro del campo, que tiene velocidad en las bandas y gol en el área contraria, golazo de equipo.
Después llegaron los problemas en forma de lesión, estamos justos de efectivos y la gente tiene que dar el máximo durante los noventa minutos porque no tenemos los recambios que nos gustaría tener a estas alturas de temporada. El partido continuó dominado en todo momento y desde fuera se veía que el único peligro que podía generar el Tamarite podía venir a pelota parada. Dicho y hecho, lanzamiento de falta de Arcas desde la frontal al que no llega Maestro, al descanso todo igualado.
En la reanudación el control se acentuó, el equipo estuvo muy bien en defensa toda la tarde e incluso a balón parado fuimos mejorando con el paso de los minutos. Romero volvió a romper la igualada con un soberbio gol de córner directo, ya van unos cuantos esta temporada. Luego el Tamarite se quedó con diez y se le puso muy cuesta arriba el sacar algo positivo. De todas maneras tuvo su oportunidad de empatar a falta de 10 minutos pero no era su día. En cambio el conjunto visitante perdonó el tercero en varias ocasiones, Víctor a la madera, Romero en un mano a mano y Héctor de cabeza hubieran sentenciado antes el choque de haber acertado en el remate.
El equipo tamaritano cayó con dignidad y resignación. Creo que un cierto ambiente de pesimismo envuelve al equipo que tras verse todo el año en ascenso ahora se ve apartado de él por el Fraga y Benabarre, hasta cierto punto es normal y comprensible. Desde aquí quiero animarles para acabar la temporada dignamente y luchar hasta el final por estar lo más arriba posible, nunca se sabe lo que puede pasar.
A mi equipo solo queda felicitarle, creo que se están ganando a pulso todos los elogios posibles; desde Félix, Luis y Manel que poco más hay que decir de su trabajo, al resto de la plantilla. La afición y la directiva también merece su reconocimiento, fue lo más meritorio de la temporada de Tercera hace dos años y se merecen las alegrías que les está dando el equipo en la presente campaña. La unión hace la fuerza de este Club.
Parece que estamos en el final de temporada pero todavía faltan ocho partidos para terminar y mucho que celebrar. Descansar esta Semana Santa y dentro de unos días volvemos a la competición para rematar la faena.
¡Enhorabuena equipo!
Enrique Ribera