Alfindén 3 – Reve Altorricón 0 (J3), la crónica de Enrique Ribera

Paterna el poseído

El partido de ayer por la mañana en Alfinden, el típico de Preferente. Dos equipos agresivos, luchadores y que quisieron jugar a fútbol en todo momento. El titular, el nombre del árbitro, que no se enteró de que iba la historia en toda la mañana y terminó como un gallo de pelea a tarjetazo limpió con el equipo visitante simplemente por mirarle o hablarle.

Triste final para un buen partido. La semana que viene perdemos a tres hombres por sanción y a uno posiblemente para un mes. Mientras el trencilla volverá a pitar y a cobrar que es a lo que va. Ayer a iguales protestas y faltas se decidió por ética profesional a barrer para casa sabiendo que a Alfinden tendrá que volver este año y que al Altorricón, si el quiere, no le verá el pelo en dos temporadas.

Vergonzosa su actitud dialogante con unos y peyorativa con otros como cuando ves una película de Nazis desde la perspectiva de los Aliados; fuimos los malos, los rebeldes, los pesados y nos expulsó a dos jugadores; por pedir un penalti, por quejarse de tres escupitajos recibidos de un contrario y por decirle que con el tres cero ya podía pitar el final. Como tenga el mismo sentido común fuera del campo que dentro va pero que muy mal, y si quiere sacarse alguna perrilla el domingo, que se vaya a vender churros a la plaza del Pilar, en lugar de echar por el suelo el trabajo y la dignidad de todo un equipo.

Terminos con este tema y hablemos de fútbol.

Fueron mejores los locales durante la primera mitad, hicieron un poste, llegaron con más peligro y fruto de una de estas llegadas, se plantó delante del portero su delantero: penalti clarísimo y si expulsa a Valerio, no hubiese pasado nada. Antes con cero a cero en el marcador una jugada de Eufemio es desaprovechada por Ribera que falló el mano a mano con el portero.

En la segunda mitad salimos mucho mejor, apretamos mucho a nuestro rival y no les dejamos casi pensar. Ellos apenas tuvieron ocasiones hasta el dos a cero y nosotros gozamos de nuestros mejores momentos hasta que llegó la expulsión. Primero un chute de Marko que atajo el portero, luego uno de Ribera que volvió a parar el meta visitante y alguna que otra llegada con peligro que demostraba nuestra disposición a ir por el partido.

Tras la expulsión, el colegiado quiso que se acabara el partido. Consiguieron el segundo en un saque de banda que era claro para el Altorricón y lo sacó el otro equipo diez metros por delante de donde había salido la pelota, sorprendiendo y dejando solo a su delantero para marcar el dos a cero, indignante.

El tercero en el descuento de falta directa y de ahí al final un correcalles con más tarjetas para los visitantes y con la impotencia de estos, que nos hace sospechar del ensañamiento del colegiado hacia nuestro equipo.

Ahora más que nunca hemos de demostrar nuestra unidad. Tenemos los elementos en contra, pero el domingo hay otra batalla importantísima. Afición, directiva y jugadores han de tirar del carro. El domingo hay que apoyar al equipo a muerte y los once que salten al campo han de trabajar a muerte para conseguir la victoria.

¡Sin nervios, que juntos conseguiremos sacar esto adelante!

Enrique Ribera