Hablemos de fútbol, pero más allá del fútbol
Me llamó hace unos días. Lo escuché más preocupado por el futuro del Club Deportivo Altorricón que por su propio cuerpo, y eso que una semana atrás lo estaban operando a corazón abierto. Supongo que lo suyo ahora, ahora que ya está en casa, sólo depende de él, así que es suficiente su compromiso con seguir al dedillo aquello que le digan los médicos. Para que la ‘operación’ del CD Altorricón salga bien son más altas las necesidades.
Estuvimos hablando del fútbol. Pero, ¿qué es el fútbol? Su definición es tan simple como amplio es su poder. Un juego, un deporte. Así que hablamos del fútbol más allá de los ascensos, los descensos, las expulsiones rigurosas o los penaltis no señalados pero que tan claros veía desde el banquillo. Hablamos del juego, del deporte. Aquel juego que le ayudó a salir adelante.
La vida nos pone trampas en las que resulta casi imposible no caer, pero al mismo tiempo, con la ayuda necesaria, es igual de posible salir de ellas. Puedes caer en un pozo tan profundo del que crees nunca podrás salir. Seguro que no fue el primero, ni tampoco el último. Ni el primero ni el último que se agarró al fútbol con todas sus fuerzas, disfrutándolo al máximo, quizá a veces en demasía, pero sabiendo que aquello le colocaba tan lejos de los pozos profundos, de las trampas en la que ahora parecía increíble haber caído.
Me contó eso, que en un pueblo el deporte es más que fútbol los domingos, más que subir a Preferente o a Tercera. ¡Ei! Que siempre gusta triunfar, pero qué mejor triunfo que una vida sana, responsable y comprometida. Esa que genera el deporte, sea cual sea, pero el deporte practicado desde la sensación de estar disfrutando de tu tiempo, de tu vida.
Me habló del lunes 4 de junio, y me repitió la fecha varias veces, como si así las horas y los días pasaran más rápido, pero dos frases más tarde, su voz se apagaba, no quería que llegara por el temor a que esa fecha marcara el final. Y después volvía el tono alegre, todo lo alegre que le permitía su cuerpo. Me habló de los juveniles de Altorricón que juegan en la Escuela de Deporte La Litera, de que hay futuro dentro del campo con muchos jugadores de la casa. Ahí debe estar la clave, me confío. El CD Altorricón debe ser un espacio en la que todos los jóvenes del pueblo se sientan acogidos, todos puedan formar parte de la familia de los verdes.
En realidad, y como ya me había dicho antes, los ascensos no valen nada si no se acompañan de gestos hacia un talento propio, que existe, y al que sólo debe abrirse la puerta. Confianza y tiempo. ¡Ah! Y jugadores también de fuera, que se sientan como en casa y que junto a los comenzaron a tocar balón por las calles de Altorricón aprendan los unos de los otros.
Ahora, este lunes 4 de junio que tantas veces me repitió, a las nueve de la noche en el Aula de la Casa Cultural, están citadas todas aquellas personas que quieran formar parte de equipo que debe conseguir desde fuera del campo un futuro para el Club Deportivo Altorricón, un futuro para los jóvenes y no tan jóvenes, y para los que vengan. Juntos siempre fuimos mejores.
Óliver Miranda